Un tribunal de Uzbekistán condenó a un bloguero conocido por hablar sobre corrupción a 6,5 años de prisión por cargos de extorsión y difamación, dijo el martes su abogado a la AFP.
El caso de Otabek Satori, un popular bloguero de video de la ciudad sureña de Tarmez en el país de Asia central, es visto como una prueba para las autoridades que, según grupos de derechos humanos, tomaron medidas enérgicas contra la libertad de expresión antes de las elecciones de liderazgo de octubre.
El abogado Omidbek Davlatov dijo a la AFP que un tribunal de la región sur de Surcondario condenó el lunes a Satori a seis años y seis meses de prisión, describiendo el veredicto como «totalmente injusto» y comprometiéndose a apelar.
«No sabemos en este momento sobre qué base específica decidió el tribunal enviarlo a prisión», dijo Davlatov a la AFP por teléfono.
Satori es uno de los muchos blogueros que han ganado seguidores leales en los últimos años debido a que las libertades se han relajado un poco bajo el presidente Shaukat Mirziyoyev, quien se describe a sí mismo como un reformador.
Los grupos de derechos humanos han citado los casos contra Satori y otros blogueros, así como las nuevas y duras leyes que penalizan las críticas en línea, como indicadores del deslizamiento de la ex república soviética hacia su pasado militante.
Los videos de Satori lo han visto en YouTube y Telegram criticando regularmente a los principales funcionarios del condado de Termez, destacando el aumento de los precios de los alimentos en los mercados y alegando corrupción en una compañía estatal de gas.
El Comité para la Protección de los Periodistas calificó los cargos contra Satori como «fabricados» y «un aparente intento de intimidar a la prensa para que no cubra temas delicados a medida que se acercan las elecciones presidenciales», en un comunicado emitido el lunes por la noche.
Se espera que Mirziyoyev, de 63 años, se enfrente solo a candidatos simbólicos en las elecciones presidenciales de octubre, en una continuación de una tradición establecida por su autoritario predecesor Islam Karimov.
Karimov, quien sirvió a Mirziyoyev como primer ministro durante 13 años, fue conocido por sus excesos autoritarios e intolerancia a la disidencia, que resultó en la tortura de los críticos del gobierno durante largas penas de prisión.
Mirziyoyev renunció públicamente a la tortura y enfatizó el trabajo forzoso al abrir el país al turismo, pero continuó honrando la memoria de Karimov y su odio por la oposición.