Agencia de prensa de Francia
Los talibanes tomaron el jueves el control de la estratégica ciudad afgana de Ghazni, a solo 150 kilómetros (95 millas) de Kabul, en una de las ganancias más significativas de los militantes en una ofensiva relámpago que capturó 10 capitales provinciales en una semana..
El Ministerio del Interior confirmó la caída de la ciudad, que se encuentra a lo largo de la carretera principal entre Kabul y Kandahar y actúa efectivamente como una puerta de entrada entre la capital y los bastiones militantes en el sur.
«Todos los funcionarios del gobierno local, incluido el gobernador de la provincia, han sido evacuados hacia Kabul», dijo el portavoz Mirwais Stanikzai en un mensaje a los medios, agregando que los combates y la resistencia continúan.
El gobierno ha perdido ahora la mayor parte del norte y oeste de Afganistán, y ahora mantiene un archipiélago disperso de ciudades en disputa también en grave riesgo de caer en manos de los talibanes.
El conflicto se ha intensificado dramáticamente desde mayo, cuando las fuerzas lideradas por Estados Unidos comenzaron la fase final de una retirada de tropas que debía terminar a finales de este mes después de una ocupación de 20 años.
La pérdida de Ghazni probablemente ejercerá más presión sobre la ya sobrecargada fuerza aérea del país, que es necesaria para reforzar las fuerzas de seguridad desplegadas en Afganistán que han estado cada vez más aisladas de los refuerzos por tierra.
En menos de una semana, los rebeldes capturaron 10 capitales de provincia y rodearon la ciudad más grande del norte, el tradicional bastión anti-talibán de Mazar-i-Sharif.
También estallaron enfrentamientos en Kandahar y Askar Ghar, bastiones pro-talibanes en el sur, así como en Herat en el oeste.
A última hora del miércoles, los talibanes dijeron que invadieron la prisión fuertemente fortificada en Kandahar, diciendo que «cientos de prisioneros han sido liberados y llevados a un lugar seguro».
Los talibanes atacan con frecuencia las cárceles para liberar a los combatientes detenidos y renovar sus filas.
La pérdida de la prisión es otra señal ominosa para la segunda ciudad del país, que ha sido sitiada por los talibanes durante semanas.
Kandahar fue una vez un bastión de los talibanes, cuyas fuerzas se habían acumulado en la provincia del mismo nombre a principios de la década de 1990, y su captura fue una victoria táctica y psicológica para los militantes.
Deterioro de la situación de seguridad
Cientos de miles han sido desplazados por los combates en el país.
En los últimos días, Kabul ha sido invadida por personas desplazadas, que han comenzado a acampar en parques y otros lugares públicos, lo que ha provocado una nueva crisis humanitaria en la capital ya sobrecargada.
En Washington, los funcionarios de defensa parecían lidiar con la escalada de la situación, pero insistieron en que las fuerzas de seguridad afganas aún se mantienen firmes.
«Lo que estamos viendo, una situación de seguridad en deterioro, no hemos sido más que sinceros al respecto», dijo el miércoles a la prensa el portavoz del Pentágono, John Kirby.
«Pero hay lugares y momentos, incluso hoy, en los que las fuerzas afganas sobre el terreno están en combate».
-AFP