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Un alemán fue juzgado el martes por espiar para Egipto mientras trabajaba para la oficina de prensa de la canciller Angela Merkel.
Amin K. Nacido en Egipto, se le acusa de utilizar su distinguida posición en la oficina para transferir información al Servicio de Inteligencia General de Egipto (GIS) entre 2010 y 2019.
Originalmente estaba programado para comenzar en enero, el juicio se pospuso debido a la pandemia y ahora se espera el veredicto para marzo.
El hombre de 66 años trabaja desde 1999 en el servicio de visitantes de la Oficina Federal de Prensa y es responsable, entre otras cosas, de comunicar las actividades de Merkel.
Según la acusación formal, el sospechoso tomó notas sobre la cobertura mediática de cuestiones de política nacional y exterior relacionadas con Egipto en Alemania y también ayudó en un intento fallido de reclutar a otro espía.
También se sospecha que entregó los nombres de cinco colegas de origen sirio en la oficina de prensa.
La acusación establece que el contacto con su terapeuta fue «en gran parte conspirativo» y se realizó a través de una llamada telefónica y un servicio de mensajería instantánea.
Al parecer, el sospechoso esperaba recibir un trato preferencial de las autoridades egipcias al espiarlo y había logrado obtener ayuda para reclamar los pagos de la pensión de su madre.
El caso surgió con la publicación del informe del servicio de inteligencia alemán en 2019.
Según el informe, tanto el Servicio de Inteligencia General como el Servicio de Inteligencia Interna de Egipto (NSS) están activos en Alemania.
Se alega que su principal objetivo en el país es recopilar información sobre los grupos disidentes que se oponen al gobierno de Abdel Fattah el-Sisi, como los Hermanos Musulmanes.