Camerún ha negado haber elegido a ningún mediador extranjero como parte de sus esfuerzos para poner fin al conflicto armado en las regiones de habla inglesa del país. (BBC)
La declaración del gobierno se produce después de que Canadá anunciara que había optado por negociar un acuerdo de paz entre el país y las milicias separatistas, que han sido acusadas de graves abusos contra los derechos humanos desde 2017.
Aunque el gobierno camerunés no ha confirmado ni negado la celebración de conversaciones de paz con los rebeldes, ha pedido a los socios del país que localicen a los presuntos financiadores de la rebelión armada y los hagan rendir cuentas ante los tribunales.
Por otro lado, el gobierno canadiense dijo que está en contacto con todas las partes involucradas en este conflicto, y afirmó su compromiso de apoyar los esfuerzos de construcción de paz en el país centroafricano.
Las dos regiones de habla inglesa de Camerún, llamadas Noroeste y Suroeste, representan alrededor del 20% de la población.
Hace más de cinco años, los combatientes separatistas tomaron las armas alegando que luchaban contra la discriminación de las autoridades francófonas. Desde entonces, los violentos enfrentamientos entre el ejército y los separatistas han obligado a casi 800.000 personas a abandonar sus hogares.
Más de 6.000 personas han sido asesinadas y 600.000 niños no pueden recibir una educación completa.
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